Mucho se escribe hoy sobre la madre Teresa, bueno y malo. Al respecto de su labor quiero hacer el alter ego con un reconocido sacerdote, q por razones de no tener su consentimiento no mencionaré su nombre.
Él se encargaba (no sé si aun lo hace), de recoger a los niños de la calle pero específicamente aquellos con SÍndrome de Down o enfermedades mentales; según él, el grupo más alejado de la misericordia, el que nadie quería. Reconocía lo difÍcil de su labor y lo complejo de muchas decisiones que debía tomar, entre otras, cuáles eran recuperables, y cuáles, simplemente, quedarían permanentemente bajo la ayuda de una persona como él o un ente que le albergara. Alguien tiene que tomar esa decisión, decía.
Los recursos, escasos siempre, y esfuerzos para unos y otros no eran los mismos; y no hablo de fondo sino de forma; ni de de amor, q obvio a este hombre le sobraba, sino de como el esfuerzo en base a la expectativa de vida y futuro, debía ser diferente para que no todos los niños corrieran la misma suerte.
¿Pudiese criticarse a este hombre de no tratar con igualdad a cada niño? o ¿hay que aplaudirle de pie por su labor, su practicidad y su capacidad de amar?. Por cierto, es un hombre absolutamente imperfecto, como todos tenemos derecho a ser, pero cuya virtud nadie puede negar. La bondad y la entrega no están reñidas con la imperfección ni mucho menos con el carácter y el ejercicio del liderazgo, a veces a lo militar, todos son también actos humanos.
No conocí a la Madre Teresa, pero, sin duda, ella era también Humana e imperfecta como el buen cura maracucho.
Fernando Serrano.
Él se encargaba (no sé si aun lo hace), de recoger a los niños de la calle pero específicamente aquellos con SÍndrome de Down o enfermedades mentales; según él, el grupo más alejado de la misericordia, el que nadie quería. Reconocía lo difÍcil de su labor y lo complejo de muchas decisiones que debía tomar, entre otras, cuáles eran recuperables, y cuáles, simplemente, quedarían permanentemente bajo la ayuda de una persona como él o un ente que le albergara. Alguien tiene que tomar esa decisión, decía.
Los recursos, escasos siempre, y esfuerzos para unos y otros no eran los mismos; y no hablo de fondo sino de forma; ni de de amor, q obvio a este hombre le sobraba, sino de como el esfuerzo en base a la expectativa de vida y futuro, debía ser diferente para que no todos los niños corrieran la misma suerte.
¿Pudiese criticarse a este hombre de no tratar con igualdad a cada niño? o ¿hay que aplaudirle de pie por su labor, su practicidad y su capacidad de amar?. Por cierto, es un hombre absolutamente imperfecto, como todos tenemos derecho a ser, pero cuya virtud nadie puede negar. La bondad y la entrega no están reñidas con la imperfección ni mucho menos con el carácter y el ejercicio del liderazgo, a veces a lo militar, todos son también actos humanos.
No conocí a la Madre Teresa, pero, sin duda, ella era también Humana e imperfecta como el buen cura maracucho.
Fernando Serrano.
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