No voy a hacer de experto sobre el chef neoyorquino Anthony Bourdain, mi conocimiento sobre él se limita a sus extraordinarios programas de TV y algunas páginas que he logrado leer de su biografía. Pero es innegable el magnetismo del hombre, su ironía rayante en el cinismo, pero nunca carente de humanidad, que permitía, en el breve espacio de un programa televisivo, adentrarnos en cualquier cultura, rural o citadina, a través del acto universal de disfrutar la comida y la bebida. AdmirÉ el nivel de producciòn de Bourdain, y como, muchas veces envuelto en la sensualidad de la comida, la bebida, y quien sabe que otra cosa; logró transmitir el quehacer de la sociedad que visitaba, y trasgredir los parámetros culinarios yendo desde las formulas casi rupestres hasta las mas sofisticadas y tecnificadas. Para mi Bourdain fue un genio mediàtico, un tipo de avanzada que generó un movimiento de cocineros estrellas que no han llegado a su originalidad ni estilo, y quizá no puedan hac...